Carlos Rojas, asesor del eje regional Músicas
Llaneras en el marco del proyecto de Escuelas de Música Tradicional del
Ministerio de Cultura, señala en el texto “Llanura, Soga y Corrío”(1) una clara diferenciación en las músicas tradicionales
en este eje regional: los cantos de ganado (ligados a las faenas del trabajo
cotidiano en el llano), las músicas de Santo y las músicas de parrando.
“Se ha llegado a afirmar que los cantos de
ganado son una de las vertientes configuradoras de los sones de parranda, las
más conocidas y difundidas expresiones musicales de la llanura
colombo-venezolana. Es difícil precisar hasta dónde tengan presencia en los
golpes y los pasajes esos arcaicos modos melódicos sobre los que se elaboraron
las tonadas de vaquería. Pero sí es innegable que el diario trajín del canto a
las reses ha tenido una incidencia fundamental en la definición del timbre y de
las características de la emisión de la voz de los recios cantadores de joropo:
el vigoroso vibrato desarrollado en el canto cotidiano a ‘sabana tendida’,
asoma, desembozadamente, tras los arabescos y melismas de la fina línea
melódica de las coplas y del leco de los corridos que resuenan en las voces
campesinas, al preciso ritmo de los repiques de los bailadores y los
instrumentos musicales, en los parrandos del vecindario para las fiestas del
Patrono, y en los jolgorios improvisados a la luz de la luna veranera en los patios del hato o al abrigo de los
caneyes sogueros en los trabajos del llano”(2).
Con respecto a las que denomina músicas de santo,
afirma: “En el llano se reconoce la condición música de Santo a las expresiones
que se ligan como elemento sustancial a unos antiguos rituales de tradición
cristiana en los que aún hoy se afirma el fervor campesino: la velación de
imágenes votivas, las ceremonias de difunto, y las novenas de aguinaldo y
pascua de navidad”(3)
Y frente a las músicas de parrando, afirma:
“Los sones de parranda, una gran variedad de piezas conocidas con la
denominaciones de golpe y pasaje que se agrupan bajo el nombre genérico de
joropo, han llegado a constituirse en al música llanera por antonomasia.
Casi como consecuencia, con el trío
instrumental del arpa, el cuatro y las maracas acompañando al cantador de
corrío, se identifica la expresión musical de los llanos dentro y fuera del
contexto regional; y a pesar de que el joropo continúe compartiendo el espacio
artístico colectivo con esas otras expresiones en las que se vierte la
musicalidad del pueblo llanero, su extraordinaria vitalidad y fuerza expansiva
contrastan con el inexorable proceso de mengua y desaparición a que están
abocados los cantos de ganado y las músicas asociadas a religiosidad.
En el llano actual todas las expresiones de lo
criollo giran alrededor del conjunto del joropo: el parrando, los toros coleados,
la fiesta pueblerina, la concentración política. En esa capacidad de adecuación
al acelerado proceso de cambio social y cultural de la región y en su
particular respuesta a las exigencia estéticas del nuevo conglomerado humano de
los llanos, modeladas en gran medida a partir de los criterios del arte
masificado de la sociedad moderna, es donde quizás se encuentre la razón de la
extinción de otras expresiones, que fueron tan próximas al espíritu de los
hombres de ese llano de que nos hablan los abuelos.
La historia reciente de las expresiones
musicales del llano puede entenderse, pues, como la historia de la
cualificación y enriquecimiento de la
música de parranda, y de la depauperización y desaparición paulatina de
los cantos de ganado y los tonos de santo, las otras músicas de los llaneros
que fueron en mínima medida absorbidas y en mayor grado abandonadas en el largo
camino de la definición de lo criollo”.(4)
Podemos distinguir varios formatos
instrumentales reconocidos en el contexto del Joropo en los llanos orientales
de nuestro país. Carlos Rojas propone en la cartografía básica de este eje
regional el siguiente cuadro en donde se identifica la conformación
instrumental de los distintos formatos asociados al joropo relacionando el rol
que cumple cada instrumento dentro de su respectivo conjunto.
(1)“Llanura, Soga y Corrío”, Rojas Hernández,
Carlos. Publicado en “CANTAN LOS ALCARAVANES”, Asociación Cravo Norte –
Occidental de Colombia Inc, 1990.
(2)Ídem, pag 69.
(3)Ídem. Pag 83.
(4)Ídem, pags 101 – 102.
tomado de http://www.mincultura.gov.co/recursos_user/documentos/migracion/musica/home2_170409.htm